A veces los fotógrafos de
naturaleza utilizamos un recurso ingenioso para observar de cerca lo que
acontece en la naturaleza, el hide o escondite que nos permite estar cerca de
los animales sin interferir en demasía en sus quehaceres.
La proximidad de apenas unos
metros a la que las aves se nos acercan a deleitarse con las viandas que con
mimo les preparamos (unas pipas, unos cereales, un poco de grasa..)
Nos sirve para verlas de cerca, observar cómo el carbonero abre una pipa con habilidad pasmosa, como el petirrojo ataca a las bayas del serbal pensando que es un competidor que osa entrar en su territorio…
Nos sirve para verlas de cerca, observar cómo el carbonero abre una pipa con habilidad pasmosa, como el petirrojo ataca a las bayas del serbal pensando que es un competidor que osa entrar en su territorio…
Un petirrojo (Erithacus rubecula) observa desde su percha
El hide cumple con su objetivo, es
sin duda un habitáculo reducido que se coloca con el fin último de la
observación y la realización de fotografías
Cuando todo se hace bien el hide
es un frenesí, apunta allí, dispara allá, observa, embóbate viendo como se pelean
dos urracas, te sorprende un zorro que se acerca a ver que se cuece….. pero hay
veces en que sin darnos cuenta las horas discurren sin que los animales se nos
acerquen… se convierte entonces en el rincón de pensar, en esos casos ¿que nos
queda sino pensar?, reflexionar… en los tiempos alocados en los que nos toca
vivir el hide es para muchos algo necesario, un pequeño habitáculo
que permite frenar un poco y ordenar nuestras ideas.
Una corneja (Corvus corone) se acerca curiosa al hide
Aquí la paciencia se convierte en
una necesidad, un aliado, aquel fotógrafo que no posee paciencia no usará los
hides, las cuatro paredes se le vendrán encima, se reconcomerá pensando que el
ratonero o la garza no van a venir, que está mal colocado, que no tiene suerte…
saldrá entonces del hide arruinando la tranquilidad del campo y perdiendo
entonces sí, toda posibilidad de hacer alguna foto, se harán reales las
diferentes posibilidades por las que un fotógrafo se va para casa con la
tarjeta de la cámara en blanco.
Escribano montesino (Emberiza cia)
La paciencia es para mí más importante
que la propia cámara, cuando se nos posa delante del objetivo ese halcón que
llevamos viendo meses, que esperamos desde hace días metiendo horas y horas en
el hide…. aún necesitamos otro poco de paciencia, no arruinemos todo el esfuerzo
por un movimiento brusco del objetivo, esperemos otro poco, demos tiempo a que
el animal se esporpolle que se relaje, que vea que allí no pasa nada, y
entonces si hagamos una foto, veamos qué pasa, si no se asusta saquemos otra,
dejemos pasar unos segundos, veamos sus reacciones….
Las mejores fotos muchas veces las hacemos con los ojos, no con la cámara, esos momentos que quedan grabados para siempre en nuestras cabezas.
Las mejores fotos muchas veces las hacemos con los ojos, no con la cámara, esos momentos que quedan grabados para siempre en nuestras cabezas.
El hide nos permite hacer unas
buenas fotos, pero también y no menos importante a tomarnos la vida con
paciencia... que falta hace.
Seguiremos campeando! Saludos
Jorge Falagán
Seguiremos campeando! Saludos
Jorge Falagán