Si existe un ave rapaz capaz de llevarse un gorrión delante de uno en un simple pestañeo, ese, es el gavilán.
Tengo la fortuna de tener un pequeño jardín, algunos comederos para aves, cajas nido y esas cosas que uno trata de poner para ayudar a las aves en su día a día, el tributo que han de pagar es que pueda observarlos.
Un bandito de gorriones lo tiene como su feudo, y claro los chillidos, revoloteos y persecuciones llaman la atención, la atención de una sombra con ojos amarillos, una sombra que tan pronto salta las huertas como en una carrera de obstáculos, como se estrella contra la hiedra... centésimas de segundo después lleva entre las garras un pobre gorrioncillo...
Muy similar al azor, diríamos que se trata de una réplica del mismo de 1/5 de su tamaño, pero especializado en la ornitofauna. Observando detenidamente los dedos y tarsos de un gavilán enseguida nos daremos cuenta que son largos y delgados. Esto es una adaptación a la captura de aves en vuelo. El azor en cambio tiene unas garras poderosas y tarsos más gruesos y mas fuertes pues también caza mamíferos en el suelo, y un conejo no se sujeta con patas finas.
Usado desde antiguo en cetrería, era un ave muy apreciada, la fragilidad de la especie con un metabolismo muy acelerado hizo que los gavilanes fueran un salvoconducto. Si en un barco que trasportaba halcones o azores para su venta, el mercader llevaba un gavilán aquello significaba que las aves habían sido bien tratadas, pues el primero en morir siempre sería el gavilán dada su fragilidad. Si a puerto llegaba el cargamento con gavilanes no pagarían aranceles, pues se había tratado a las aves como se merecen...
Mucha tradición gavilanera tuvieron los ingleses donde el mirlo, las sebes y los gráciles gavilanes debieron de ser un gran entretenimiento.
Dicen los libros antigüos que era también el ave de los clérigos, sotana en ristre y a cazar de empuesta, buenos momentos hubieron de pasar viendo a este prodigio cazando.
Este gavilán me entró a un comedero preparado para pequeñas aves, el jaleo de los carboneros le atrajo a escasos metros del hide en el que me encontraba. Se trata de un ave juvenil, aún mantiene la librea parda en la espalda de las aves jóvenes.
En vuelo llaman la atención el barrado de las alas, las alas bastante anchas y las bandas negras de la cola. Salvo cuando ascienden en una térmica (generalmente a eso de media mañana) suelen desarrollar un vuelo directo con tres o cuatro batidas seguidas de un corto planeo. Prospectan, miran y se ven la oportunidad se lanzan en vuelo batido a ras de suelo.
Fases del cicleo de los gavilanes. Parecen disfrutar de unos breves instantes al sol, ellos que siempre se mueven en las sombras.
Donde más cómodos parecen estar es en las marañas de ramas, donde pasan bastante desapercibidos.
Esta hembra de gavilán se detuvo en un canal de riego, es habitual que se posen en árboles, zarzas etc que les propicien cobertura, donde es un auténtico especialista, en campo abierto suelen estar espacios de tiempo reducidos, su presencia alborota a todo pajarillo de la zona. Ello les hace perder el elemento sorpresa imprescindible en su técnica de caza.
Entre las zarzas, sebes, matorrales, orla forestal.. es donde se siente seguro, las rápidas alas y el timón que es la cola, le permiten hacer giros, quiebros, frenadas... a velocidades endemoniadas. Desde su posadero valora el ataque, cubriéndose con cualquier obstáculo a los ojos de su presa, se lanza en un ataque fulminante que sorprende al pequeño pajarillo...
El gavilán como la mayoría de accipiteres tiene ojos claros, tornan de colores amarillos a naranjas o rojos en función de la edad, no es un carácter definitivo pues debemos fijarnos en caracteres de la muda de las plumas, pero ayuda en primera instancia, a buen seguro un ave con los ojos rojos será un macho viejo.
Varias fotos unidas que muestran cómo el gavilán bordea una nave en vuelo de caza, siempre apareciendo de sopetón sobre sus presas, en este caso "tentaba" a los gorriones comunes frecuentes en los alrededores de la nave.
Cuando los estorninos observan un gavilán, un halcón o un azor (algunos de sus mas temidos enemigos) suelen reaccionar agrupándose en una piña que evoluciona al unísono, maniobra defensiva que se observa también en los bancos de peces. Este alboroto se debía a un gavilán que raseaba cerca.
Los gavilanes son muy atrevidos, una vez fijan objetivo no dudan en llevar la persecución hasta sus últimas consecuencias, a veces les lleva a chocar contra cristales como este individuo que por ello tiene la cera (parte amarilla encima del pico) con un golpe del que afortunadamente se repuso. Dicen los libros antigüos de cetrería que llegan a empalarse al lanzarse contra sus presas, si estas se internan en la espesura, varios he visto literalmente chocar contra zarzales, espinos... por lo que no me extraña que esto pueda suceder.
Detalle de los finos tarsos y dedos de un ejmplar anillado, característica de un ave ornitófaga. Alguna entrada realizaré sobre esto del anillamiento, actividad que realizo desde hace muchos años.
Nido de gavilán, suelen ser de mediano tamaño, con palos finos, asentado generalmente en alguna horquilla principal y a buena altura, en este caso el soporte son robles melojos (Quercus pyrenaica). Tres o cuatro polluelos suele ser la puesta media, aunque he visto nidos con cinco polluelos, en relativamente poco tiempo crecerán y se dispersarán hasta encontrar un rodal, un pequeño soto que les sirva de territorio de caza.
Como siempre espero que mis vivencias de campo, redactadas a vuelapluma sirvan a alguien para apreciar esas maravillas que nos rodean
Un saludo
Jorge Falagán