Al mochuelo no parece importarle vivir cerca de los humanos,
unido a su otrora ubicua distribución, condicionaron que su pequeña figura sea
conocida por muchos pobladores de diferentes zonas rurales.
Los hombres tenemos la tendencia insaciable de poner nombre
a todo aquello que nos rodea, derivada de nuestra capacidad para el habla. Así
los diferentes pueblos han utilizado diversos nombres para los
mochuelos: en León son frecuentes vernáculos como el mocho, el fonso, moucho, miagón, buhíllo y un
amplio etc.
La cercanía de esta especie a ambientes humanos hace que se haya incorporado con frecuencia a dichos y refranes:
Cada mochuelo a su olivo (acabada la juerga, cada uno a su casa)
Cargar con el mochuelo (o lo que viene siendo el cabeza de turco, el que carga con la culpa)
Mochuelo a principio de cazadero, mal agüero (mala suerte cuando se empieza la caza)
Cuando chilla el mochuelo, pronto se
moja el suelo.
O en las evocadoras palabras del conjuro de la queimada (el esconxuro)
que comienzan aludiendo a los mouchos...
Mouchos, coruxas, sapos e bruxas;
demos, trasnos e diaños;
espíritos das neboadas veigas,
corvos, pintegas e meigas;
rabo ergueito de gato negro
e todos os feitizos das menciñeiras...
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Búhos, lechuzas, sapos y brujas;
Demonios, duendes y diablos;
espíritus de las vegas llenas de niebla,
cuervos, salamandras y hechiceras;
rabo erguido de gato negro
y todos los hechizos de las curanderas...
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Gallego
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Traducción
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Conjuro con múltiples variantes inventado en Vigo en 1967
por Mariano Marcos Abalo
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Fuente:
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Ya en la mitología griega a Atena (o Minerva en la romana) se le atribuye el crear al mochuelo y al olivo (pareja inseparable hasta nuestros días). Con cualidades afines a los búhos como la inteligencia.
En "El Camino", (de Miguel Delibes) a Daniel le apodan el
Mochuelo porque de pequeño miraba todo con mucha atención y con cara de
asustado. Así lo entiende "el Tiñoso", reflejo del gran conocimiento del medio natural del que hace gala el gran Miguel Delibes a lo largo de toda su obra.
Ese "fijarse con atención" lo observé por primera vez a finales de los 70, siendo casi de alto como un mochuelo, mi padre alertó a toda la familia de la presencia de un mochuelo en la terraza de casa, mi padre hombre estudiado mantenía "las mañas" del rapaz de pueblo que fue, (algo que sin duda supo transmitirme) abrió las puertas de la cocina, saltó a la terraza por la ventana de otra habitación y rodeó al mocho, este cayó en el chorco improvisado...5 pares de ojos (los de mi famila) se posaron en aquella preciosidad, devolvía las miradas con sus ojillos amarillos, bamboleante la cabeza, lo acomodamos en una caja en la propia cocina, pero los ojos penetrantes de aquel pequeñuelo incomodaban a mi madre en las idas y venidas de sus quehaceres... de excursión nos fuimos a liberar a aquella criatura, mi padre conocedor de sus querencias eligió la ribera del Torío, aún con sus sebes compuestas por viejas paleras, aquellos troncos horadados, furacados por los relinchones... por entonces apenas salias de la ciudad de León hacia la Candamia un precioso mosaico verde se abría paso.. coño! que nos bañábamos en el río sin miedo a la contaminación... hoy la urbanización, la tala, las choperas, el cambio en los modos y materiales constructivos han confinado a los mochos a escasos lugares.... serán los mochos de las cárcavas de la Candamia acaso descendientes de aquél?
Podría contar cientos de historias que me han sucedido con los mochuelos, como la del vecino al que le entraron tres por la chimenea y hollinados le aparecieron encima de la cama dándole un buen susto... prácticamente cada día los veo desde casa pero no me enrollo mas
Unas cuantas imágenes de este pequeño gran búho.
En la siguiente imagen se aprecian claramente las diferencias entre ambas especies. el autillo además es mas pequeño.
Este es uno de los mochuelos que tengo por el jardín, una de sus atalayas es uno de los postes de la luz, todas las noches hace su ronda por encima de la huerta a la caza de algún ratoncillo, estupendo para mi huerto ecológico!
El celo suele comenzar en diciembre, dependiendo de la disponibilidad de presas pueden tener 2 o 3 puestas.
Este tiene su nido en un pozo de riego, le gusta en el invierno salir a tomar el sol de media tarde, a sabiendas de que las bajas temperaturas mermarán los movimientos de sus presas potenciales.
Comparativa en la silueta que normalmente apreciamos de los mochuelos y su color real tras la aplicación del flash.
En las ciudades y pueblos aún se puede ver a algunos mochuelos que utilizan cualquier zona elevada para descansar o cazar.
Posaderos mas curiosos como esta portería, acompañado por un colirrojo tizón, bien sabe éste que el mochuelo se alimenta preferentemente de insectos y pequeños micromamíferos.
Posado entre las ramas de un árbol su crípsis le ayuda a pasar desapercibido.
Cualquier teja levantada es buena para camuflar su silueta redondeada.
Cuando se sienten observados pegan su plumaje al cuerpo, simulando una rama, esta postura suele ser previa a la huida.
En vuelo el moteado de las alas se hace patente, la cabeza redonda, y el vuelo ondulante a baja altura son caracteres que nos permiten su identificación. Tienen una buena envergadura para lo rechonchos que parecen posados.
Estirado este mochuelo proclamaba sus amores a los cuatro vientos.
La desaparición del adobe, tapial, palomares, casetos de labranza condiciona la posibilidad de nidificación de los mochuelos en muchas áreas.
Aquí se puede apreciar las diferencias en el patrón de las plumas de un autillo (izq.) y un mochuelo (dch.) de aves capturadas para ser anilladas, dentro del estudio científico que realizo con estas especies, dedico unas cuantas jornadas al año para efectuar su seguimiento.
Cuando se camufla contra los troncos es difícil su localización.
Cualquier punto elevado es bueno para intentar llevarse algo al pico.
Egagrópilas de mochuelo
Son de pequeño tamaño, los ácidos del estómago suelen deshacer bastante los huesos, por lo que encontraremos pequeños trozos, no como en otras especies como la lechuza.
Los atropellos, la predación y en muchos lugares la ausencia de huecos, bien sea en viejos árboles o en construcciones humanas están llevando al pequeño mochuelo a la desaparición.
Bueno basta por hoy, nunca mejor dicho "cada mochuelo a su olivo"
Seguiremos campeando espero que a alguien le sea útil
Un saludo
Jorge Falagán
Problemas de conservación
Como en otras rapaces que se alimentan de roedores, el uso indiscriminado de venenos. Como a otros insectívoros los fitosanitarios que barren nuestros campos de lo pequeño y no valorado, los insectos que cumplen funciones tan insustituibles como la polinización.Los atropellos, la predación y en muchos lugares la ausencia de huecos, bien sea en viejos árboles o en construcciones humanas están llevando al pequeño mochuelo a la desaparición.
Bueno basta por hoy, nunca mejor dicho "cada mochuelo a su olivo"
Seguiremos campeando espero que a alguien le sea útil
Un saludo
Jorge Falagán
Completisima entrada d eun ave que tengo mucho carinio.....bien docuemnrada y con fotos adecuadisimas. YA se ve que lo tienes en tu disco duro desde la infancia.....
ResponderEliminarYo sigo poniendo cajas y este anio a ver si "enganio" al Ayuntamiento para hacer colocar 15 cajas dentro de un proyecto que tengo.........
Saludos camperos!
Hola Jorge, excelente descripción. Afortunadamente ver esos ojazos amarillos en esa "bola" tomando el sol se está volviendo más frecuente cada día.
ResponderEliminarSaludos.
Increibles fotografias del mochuelo y una maravillosa descripción.
ResponderEliminarEspero poder ver alguno al visitar las tierras manchegas